Soy artista y sé cómo el arte puede cambiar nuestras vidas, pero nunca imaginé que fuera a transformar la mía de forma tan profunda. La arteterapia ha modificado cada rincón de mi ser. Después de un año recibiendo estas sesiones, pensé distinto, sentí distinto, incluso el amor cobró otro sentido.
Fue un viaje de transformación. Mis patrones cambiaron, mis acciones cotidianas también. Gracias a la arteterapia, encontré una vida nueva y ahora acompaño a otras personas a iniciar su propio camino de sanación.
Como en el cuento de “Alicia en el País de las Maravillas”, mi proceso comenzó con una caída simbólica hacia lo desconocido. A través de ejercicios de arte, juego, imaginación y expresión, entré en un mundo donde pude cuestionarme, reinventarme y encontrar nuevas formas de ver.
En este espacio terapéutico, me encontré con mis emociones bloqueadas, mis tensiones físicas y mis miedos… y los enfrenté desde el arte. La arteterapia me permitió liberar, observar, transformar.
Como facilitadora, sé que este proceso se repite —con sus matices— en cada persona que acompaño.
Reducción del estrés
Mayor claridad emocional
Expresión libre y sin juicio
Reencuentro con la creatividad
Reconexión con el cuerpo y las emociones
Si tú también sientes que necesitas un cambio, un espacio para ti o una vía para conectar con tu esencia, la arteterapia puede ayudarte.